Saber Curioso

Se ha convertido en un electrodoméstico habitual en muchos hogares, así que su giro constante nos es familiar.

Pero… ¿por qué gira?

El microondas tiene un magnetrón que emite radiaciones electromagnéticas de una determinada frecuencia, que excitan las moléculas de agua forzándolas a moverse.

El resto de moléculas, aunque no experimentan ninguna excitación, también se mueven junto con las moléculas de agua. Este movimiento o vibración molecular se traduce en calor.

Si la fuente de la radiación estuviera en un lateral y el alimento permaneciera inmóvil, tan solo se calentaría esa parte del alimento, quedando el resto frío. Es decir, tan solo se calentaría o cocinaría una parte del alimento.

Para que el alimento se caliente de manera homogénea es necesario que las radiaciones lo alcancen en su totalidad de manera uniforme. Y aunque su frecuencia está calibrada para que éstas penetren lo más profundamente posible, el plato giratorio es un añadido que contribuye a aumentar la posibilidad de que todas las moléculas sean irradiadas y que el alimento se caliente de una manera totalmente regular.

Hablando en términos generales, las mujeres suelen ser más frioleras que los hombres. Y es muy habitual que las mujeres sientan frío en un ambiente determinado mientras que los hombres no. Éste es un tema harto común en las oficinas y el manejo del aire acondicionado.

¿Y qué pasa? ¿Quieren las mujeres que los hombres pasen calor y les limitan el uso del aire acondicionado? ¿Quieren los hombres que las mujeres pasen frío de verdad y ponen el aire a tope? Qué va, la respuesta está en la fisiología de cada sexo.

El metabolismo basal, aquella energía que necesita el cuerpo para sobrevivir realizando las funciones básicas, como respirar o bombear la sangre, es diferente para cada sexo, para cada edad, para cada tamaño… pero, en general, el cuerpo de los hombres tiene más masa muscular, y el músculo genera calor. Así, los hombres tienen una tasa metabólica aproximadamente un 23% más alta que las mujeres. Las mujeres suelen ser más pequeñas y tienen más grasa corporal, con un ritmo metabólico más lento que el del tejido muscular.

Esto significa que la temperatura de un organismo femenino es más baja que la de un hombre. Por ello existen mecanismos para conservar el calor en el cuerpo de una mujer allá dónde es más necesario, que consisten en hacer fluir la sangre caliente hacia los órganos vitales mediante la constricción de capilares superficiales de la piel, por lo que sienten más rápidamente el descenso de temperatura en manos y pies y son más sensibles a las bajas temperaturas ambientales.

Pero ese mecanismo vasoconstrictor hace que, al enfriar la epidermis, el organismo evite perder calor por radiación.

Entonces se podría afirmar que las mujeres sienten el frío más que los varones debido a que conservan mejor el calor.